ENSEÑAR A NUESTROS NIÑOS RESPECTO AL PODER DE LA VOLUNTAD
Siempre ha despertado gran interés en el ser humano el arte
de formar la voluntad. El éxito de los grandes hombres se nos ha dicho, se ha montado
sobre los hombros de su gran perseverancia. La riqueza, la salud, y el mismo
talento, no podrán dar frutos si no aprendemos a cultivar la voluntad.
De alguna manera, en la escuela se educa a nuestros hijos a
lograr avances al respecto, pero siento que debemos en casa vigorizar su
enseñanza.
Ayer les conté a mis hijos una historia que mi padre nos solía narrar a mis hermanos y a mí de forma recurrente durante nuestra niñez: “Hace
muchos años, en la antigua Grecia, había un chico como ustedes llamado Demóstenes
que deseaba ser orador. Durante su primer discurso fue abucheado terriblemente por
el público, esto fue debido a sus problemas físicos, ya que Demóstenes tenía
una pobre voz, y era tartamudo. Pero el chico no se desanimó, tenía claro su
objetivo, y, con gran coraje y determinación, gracias a su férrea voluntad, luchó
contra sus propias limitaciones para lograr lo que anhelaba, ser el más grande
orador de Grecia. Entonces construyó una habitación con sus propias manos donde
daba discursos con guijarros en su boca para vencer su tartamudez, y para
fortalecer su voz y pulmones, hablaba en voz alta a la orilla del mar por
encima del sonido de las olas. Después de
mucho practicar, Demóstenes dio un gran discurso y fue ovacionado por miles de
personas. Hoy se le reconoce como el más grande orador de toda la
historia, y es llamado el padre de la Oratoria”.
De niño tal vez no entendía la profundidad del mensaje. Escuchar
hablar de oratoria en un niño es algo raro y poco atractivo, pero conforme fui creciendo el mensaje subyacente en la historia de mi padre se me reveló con potencia por
primera vez durante mi juventud cuando leí un reportaje de uno de mis primeros ídolos
deportivos: El futbolista Hugo Sánchez.
El mexicano Hugo Sánchez ganó 5 ligas en España consecutivas con el REAL
MADRID y fue 5 veces campeón de goleo. Hugo, al igual que Demóstenes, se tuvo
que sobreponer a la burla, insultos y humillaciones de la tribuna quienes le
gritaban entre silbidos, “Indio regrésate a tu casa”, abucheos que después logró cambiarlos por aplausos
y vítores. ¿Cómo lo hizo? Por supuesto Hugo tenía talento, pero lo acrecentó con
mentalidad y trabajo duro. Se quedaba a entrenar extra, está documentado.
Hay muchas historias semejantes entre los grandes
deportistas. En una entrevista al gran basquetbolista Michael Jordan se le
preguntó ¿se considera usted el número uno del mundo? El jugador de baloncesto
le contestó: no, en absoluto. En lo único que me considero el número uno,
afirmó, es que cuando finalizo los ejercicios físicos, todos mis compañeros se
van al vestuario, pero yo me quedo solo en la pista tirando quinientas
canastas. Hace poco los compañeros del exitoso jugador Cristiano Ronaldo de la
Juventus señalaron que éste los invitó a ir al gimnasio a las 11 de la noche.
La práctica hace al maestro, dice el famoso refrán, pero
para practicar a diario sin desanimarse, se necesita gran fuerza de voluntad.
Por ahora, empecemos fomentando la voluntad en nuestros hijos pequeños narrando historias de superación semejantes a la de Demóstenes. Hoy tal vez no las entiendan en toda su extensión, pero sentaran las bases que necesitaran en el futuro para encontrar la fuerza y sabiduría dentro de ellos, cuando la necesiten.
PD. De la historia que me narraba mi padre, les comparto
mis reflexiones:
1.- Seremos lo que crea nuestra mente que podamos llegar a
ser.
“Y Jesús le dijo: Si puedes creer, al que cree todo es
posible”. Marcos 9:23
2.- Debemos formar una imagen clara de nuestro futuro y trabajar
determinadamente para alcanzarlo sin miedos.
“El punto de partida de todo logro es el deseo”. Napoleon
Hill
“Nunca digas nunca, porque los límites, al igual que los miedos, son a menudo solo una ilusión”. Michael Jordan
“Si me aferro a este pensamiento con firme persistencia; el último resultado de la sabiduría afirma como una verdad, que tan solo alcanza su libertad el que diariamente trabaja por su conquista.” Goethe
3.- Debemos aprender a sobreponernos a los tropiezos, con ánimo de espíritu, teniendo en claro que estos templaran nuestra alma.
“No esperes a que todo salga bien. Nunca todo será perfecto.
Siempre habrá desafíos, obstáculos y condiciones de todo tipo menos perfectas.
Empieza ahora. Con cada paso que hagas crecerás más fuerte y más fuerte, cada
vez serás más habilidoso, cada vez estarás más seguro de ti mismo y cada vez
serás más exitoso”. Mark Victor Hansen
4.- Desear, creer, educarse, entrar en acción, y no
desanimarnos si las cosas no nos salen, son los peldaños de la escalera de todo logro.
“No hay secretos para el éxito. Es el resultado de la motivación, la preparación, el trabajo duro y el aprendizaje del fracaso”. Colin Powell
Luis G. Escobar
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